Como abordamos en el blog anterior existen diferentes teorías criminológicas con las que poder trabajar ya sea mediante el uso de una de ellas o la combinación varias, en esta nueva entrada analizaremos algunas de las teorías psicológicas, como la teoría conductual o de la personalidad, adentrándonos en los factores de estudio y áreas de aplicación.

Las teorías psicológicas se centran en factores individuales que predisponen a la delincuencia, como la personalidad, vivencias y/o aprendizaje.

• Teoría Conductual: estudia la conducta criminal mediante el aprendizaje a través de la imitación del entorno social o grupos de iguales que rodean al individuo, descartando una conducta heredada.
• Teoría de la personalidad: evalúa como determinados factores, ya sean sociales y/o genéticos pueden influir en la realización de actos delictivos, tales como la impulsividad, la extroversión o introversión, neuroticismo o la falta de empatía.
• Teoría del etiquetado: destaca como las etiquetas que la sociedad puede asignar a una persona aún cuando sólo ha cometido un hecho aislado de menor transcendencia, puede repercutir de forma futura en un comportamiento desviado al asumir un rol impuesto y adquiriéndolo como propio.

En definitiva, las teorías psicológicas en criminología o cualquiera de las teorías criminológicas intentan identificar si detrás de cualquier acto delictivo existen factores predisponentes a la conducta criminal o si por el contrario son simples hechos aislados que no han de llevar aparejado una carrera delictiva a lo largo de la vida del sujeto.